• En el último mes se ha mantenido invariable el precio de la gasolina y del gasóleo de automoción pese a la bajada del crudo en más de un 60% desde el inicio de la crisis por el coronavirus, lo que ha supuesto persistir de forma alarmante el sobreprecio  de los carburantes vendidos en España.
  • Por ello, FENADISMER no entiende cómo el Gobierno sólo interviene el precio de las mascarillas y no el de un producto tan básico como es el de los carburantes, que afecta de forma tan importante a la población al haberse recomendado que los desplazamientos a sus trabajos se realicen con su vehículo privado, así como a los transportistas que realicen una labor esencial, teniendo en cuenta que sólo en el mes de marzo se suministraron más de 2.000 millones de litros de carburantes.

 

 

Entre los efectos que está ocasionando la reducción de la movilidad de la población y de la actividad económica como consecuencia de la crisis mundial del coronavirus, cabe destacar la deflación de los precios de muchos bienes de consumo, entre ellos de forma destacada el petróleo, que pese a los intentos de los países productores que integran la OPEP por elevar su precio, éste continúa en niveles mínimos. Así, desde que se declaró por la OMS la pandemia mundial el pasado 11 de marzo, el crudo Brent se ha mantenido en las últimas 5 semanas en precios estables, en torno a los 25-30 dólares el barril, esto es, un 60% inferior a la cotización que tenía a mediados de Diciembre cuando se se inició la crisis del coronavirus en China., en casi un 60% , pasando de una cotización de 65 dólares a mediados de Diciembre

 

Sin embargo, como ha venido denunciando FENADISMER en las últimas semanas, tan espectacular bajada del precio del petróleo a nivel internacional, sigue sin tener apenas reflejo en el precio de la gasolina y el gasóleo que se venden en España. Así, en el caso de la gasolina el precio medio de venta en las estaciones de servicio pertenecientes a las red de las grandes petroleras se ha mantenido en el último mes en torno a 1.13 euros por litro, esto es, sólo un 12% de reducción, y en el caso del diésel el precio medio es, lo que en ambos casos supone una reducción inferior al 13% respecto a los precios que había en Diciembre.

 

Ello es a juicio de FENADISMER absolutamente injustificable, ya que no cabe excusarse en que la brutal bajada del precio del crudo internacional ha sido coyuntural, como lo demuestra el hecho de que el precio se ha mantenido constante en el último mes y medio, ni la variación del cambio euro/dólar ya que ha sido insignificante en este período, y asimismo teniendo en cuenta que en el precio final de los carburantes sólo el 50% son impuestos aproximadamente, por lo que el otro 50% se reparte entre el coste del producto y su comercialización más el beneficio empresarial que aplican las compañías petrolíferas.

 

Así, según los cálculos realizados por FENADISMER,  teniendo en cuenta que según los datos facilitados por la Compañía Logística de Hidrocarburos  referidos a marzo de 2020, con una reducción del 31.5% en la distribución de gasolinas y del 26.5% en la del gasóleo de automoción, y teniendo en cuenta los datos facilitados por la Corporación Pública de Reservas Energéticas, en el último mes se habrían seguido vendiendo en España aproximadamente un total de más de 2.000 millones de litros de carburante de automoción, en concreto más de 360 millones de litros de gasolina y 1.700 millones de litros de gasóleo.

 

A juicio de FENADISMER, como ya ocurrió durante la crisis económica de 2008, una vez más se demuestra la poca sensibilidad mostrada por las principales compañías petrolíferas con la sociedad española, a las que no parece importarles mucho la gravísima situación económica que atraviesa nuestro país, y que exige por todos los agentes económicos su máximo compromiso y aportación para contribuir a la salida de la actual crisis. Como ya sucedió en 2008, lejos de reducir sus márgenes de comercialización en los carburantes que suministraban en sus estaciones  de servicio, las petroleras los aumentaron espectacularmente, lo que motivó que fueran sancionadas en su día por la Comisión Nacional de la Competencia por prácticas restrictivas de la competencia, pese a lo cual,  por lo que se está demostrando en estas últimas semanas, parece que ahora su actuación va dirigida en la misma dirección.

 

Por ello, FENADISMER no entiende cómo el Gobierno se limita a intervenir el precio de las mascarillas, lo que se considera muy adecuado ante los abusos que se estaban cometiendo por los comercializadores de un producto actualmente tan básico y necesario, pero por contra no regule excepcionalmente otro producto tan básico como es el de los carburantes, que afecta de forma tan importante a buena parte de la población, al haberse recomendado que los desplazamientos a sus trabajos se realicen con su vehículo privado, así como a los miles de  transportistas que continúan realizando su labor tan esencial para garantizar el abastecimiento de las mercancías necesarias.

De ahí que FENADISMER siga insistiendo en la necesidad de que el Gobierno proceda, con carácter urgente y excepcional, a intervenir el precio final de los carburantes en España, mientras se mantenga la situación del estado de alarma, reestableciendo de este modo el sistema de fijación de precios máximos que estuvo vigente hasta 1998 en España, para de este modo obligar a que los grandes oligopolios también contribuyan a la recuperación económica que nuestro país necesita para salir de la actual crisis.

 

 

 

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