El Ministerio de Fomento apoya el ferrocarril
España es el tercer país europeo con menor cuota de este tipo de transporte. Mientras en países como Alemania, Francia y Gran Bretaña esta cuota representa el 22%, el 16% y el 12%, respectivamente, del conjunto del transporte terrestre, en España se ha producido una caída progresiva desde hace más de 10 años que nos sitúa actualmente en cuotas en torno al 4%.
Estos datos ponen en evidencia que tenemos un problema. Y para ponerle freno es necesario emprender un paquete de medidas que garanticen a corto y medio plazo el reequilibrio de nuestro sistema de transportes. Reforzando aquellos modos que más lo necesitan, como es el transporte de mercancías por ferrocarril.
En definitiva, hablamos de una auténtica reforma estructural de nuestra economía. Una reforma que contempla tres líneas estratégicas de actuación:
Establecer mejoras en la gestión del sistema ferroviario.
Poner en marcha medidas orientadas a incrementar la calidad y la fiabilidad del servicio, así como una mayor eficiencia del transporte de mercancías por ferrocarril.
Y, por último, mejorar las infraestructuras ferroviarias para mercancías, definiendo la futura “Red Básica para Mercancías”, con especial incidencia en la configuración de una red lineal y de nodos logísticos, distribuida por todo el territorio nacional.
Pero, puesto que disponer de unas infraestructuras eficientes, tanto de línea como nodales, es condición necesaria pero no suficiente, debemos impulsar la liberalización del sistema, fomentando la entrada en el mismo de nuevos agentes de transporte, cargadores y operadores de transporte combinado.
Y Para ello, es necesario promover la eficiencia de la intermodalidad, dando lugar a un nuevo modelo integral para el transporte en España. Porque finalmente, el objetivo es integrar de forma eficiente el ferrocarril en la cadena logística, orientando de esta forma todo su potencial al servicio de los distintos clientes.
Desde un punto de vista cuantitativo, pretendemos pasar de la actual cuota modal del 4% a una cuota de en torno al 10% en 2020. Esto implicará absorber un tráfico equivalente de hasta 27.000 vehículos pesados al año.
En términos absolutos supone pasar de transportar 25 Millones de toneladas al año actualmente, a 100 en el 2020. Es decir, multiplicaremos por 4 la cantidad actualmente transportada. Y lo que es más importante, lo conseguiremos reduciendo los costes de la unidad física transportada entre un 10 y un 40%.
El impulso del transporte ferroviario de mercancías contará con una dotación económica de 7.500 millones de euros. A la que contribuirán, además del Ministerio de Fomento, otras entidades y administraciones, como las Comunidades Autónomas, así como el sector privado.
En este sentido, quiero lanzar un mensaje al sector del transporte por carretera, que debe ver este Plan como una oportunidad y nunca como una amenaza. Se trata de sumar y no de restar.
El ferrocarril debe complementar al transporte por carretera, que tiene y seguirá teniendo un papel relevante por su más que demostrada eficiencia y flexibilidad, proporcionando nuevas oportunidades que mejoren su rendimiento y eficiencia empresarial.
De esta manera, será el sistema de transportes el que impulse la actividad económica, y no la actividad económica la que impulse el sistema de transportes.
