• La Asociación nacional de transportistas de portavehículos Transportave, federada en FENADISMER, expone en una carta abierta las deplorables condiciones personales y de trabajo en que desarrollan su actividad
  • Asimismo instan a los operadores y grandes flotistas del subsector de portavehículos a que tal situación sea corregida para evitar una posible conflictividad.

El sector del transporte de portavehículos se ha caracterizado tradicionalmente por su concentración en la contratación de los servicios de transporte en un grupo muy reducido de operadores y grandes flotistas, los cuales ostentan la exclusividad de las relaciones contractuales con los fabricantes de vehículos, cuyo transporte a su vez lo subcontratan con miles de pequeños autónomos y pequeñas empresas familiares.

 

Las condiciones en que desarrollan su actividad los transportistas se han venido deteriorando de forma alarmante en los últimos años, lo que ha llevado a la asociación que los agrupa, TRANSPORTAVE, federada en FENADISMER, a remitir una carta abierta a dichos operadores exponiéndoles las penosas condiciones de trabajo que sufren diariamente los transportistas subcontratados, entre las que citan las siguientes:

 

  • El trato personal hacia los transportistas subcontratados roza la indecencia y la esclavitud. No existe ninguna posibilidad de negociar en absoluto y, donde la propia empresa hace gala de su posición de poder para imponer su criterio, con auténtico desprecio para con sus proveedores de transporte.

 

  • Las instalaciones donde tiene que desarrollar su actividad los transportistas se encuentran en un estado lamentable en la mayoría de las zonas de carga, y sin tener en cuenta para nada en las necesidades de los conductores.

 

 

  • En la mayoría de los casos, los transportistas subcontratados son obligados a realizar tareas que exceden de su actividad profesional, ya que no solo tienen que realizar la operación de carga del camión, sino también tienen que buscar los vehículos en toda la campa. Además de su manipulación, son obligados a realizar un exhaustivo reconocimiento del vehículo y asumir aquellos daños o faltas que ya no solo se producen con la propia manipulación del vehículo, sino que, en infinidad de ocasiones son daños y faltas que por diferentes motivos su origen es anterior a la manipulación del mismo. Incluso en ocasiones, y aún estando detectados dichos daños y existiendo conocimiento por parte del personal de campa, no se comunica y se intenta que el conductor no tenga conocimiento del mismo, con el objetivo de que sea el transportista el que asuma el coste de la franquicia en su caso, y si no llega a la misma pues que asuma el coste de la reparación.

 

Por todo ello, desde TRANSPORTAVE han emplazado a los operadores y grandes flotistas a corregir con carácter inmediato dicha situación, ya que el colectivo afectado está llegando a su límite por lo que, de seguir así, más pronto que tarde esta situación será insostenible.

 

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