• El Comité Nacional de Transporte por Carretera advierte de los abusos e incumplimientos de la legalidad por parte de determinadas plataformas logísticas de comercio electrónico en la prestación de sus servicios de transporte y entrega a domicilio.

 

  • Asimismo instan a las Administraciones a actuar contra dichas prácticas abusivas e ilegales.

Este martes 22 de mayo las asociaciones nacionales de transportistas que componen el Comité Nacional de Transporte por Carretera han analizado con preocupación la irrupción de la denominada “economía colaborativa” en el sector del transporte de mercancías por carretera, en la que determinadas plataformas logísticas de comercio electrónico de cierto renombre, y muy posicionadas en el sector de la distribución de bienes de consumo y entrega a domicilio, están llevando a cabo la actividad del transporte subcontratando de forma ilegal a personas particulares para realizar el reparto con sus propios vehículos, con el consiguiente incumplimiento de la legislación tanto sectorial como laboral y fiscal, sin que las Administraciones públicas competentes actúen decididamente en la erradicación de estas bolsas de fraude.

 

En este sentido, el Comité Nacional de Transporte por Carretera ha elaborado la siguiente nota de prensa:

 

El pleno del Departamento de Mercancías del Comité Nacional del Transporte por Carretera, desea expresar su honda preocupación por el modo en que determinadas empresas, de las que se ha dado en denominar de economía colaborativa, precarizan los servicios de transporte y distribución urbana e interurbana de mercancías, ofreciendo su realización por medio de particulares a los que no están vinculados por relación laboral, ni mercantil, de clase alguna. Resulta aún más escandaloso, que tales prácticas sean publicitadas con total transparencia y absoluta desvergüenza, sin que exista la más mínima reacción, ni  por las autoridades llamadas a defender a legalidad, ni tampoco por buena parte de la sociedad, quienes contemplan impasibles como estas empresas se enriquecen con el margen de beneficio que obtienen del incumplimiento de la ley. Ante esta situación, no podemos sino hacer un llamamiento al sentido común, con el fin de que se imponga algo tan elemental como el respeto a la ley  y a las reglas de la competencia por las que se rige el mercado, evitando que éste se convierta en una jungla digna de sociedades subdesarrolladas”.